Sobre la obra en general:
Guillermo Moscoso ha ido desarrollando su trabajo plástico en el contexto de las reivindicaciones sociales, políticas, y en la incorporación de vivencias personales y de muchos otros. Guillermo Moscoso es miembro activo de su comunidad, hace política desde y con su cuerpo (y con toda su gestualidad). La vida (su rostro), el arte (la técnica), la religión (su cuerpo santificado) y la política (profilaxis) están íntimamente relacionados en su obra. Su trabajo puede en marcarse dentro del denominado arte postmoderno crítico o de resistencia, que actúa directamente en el terreno de la cultura como una práctica transgresora y resistente que busca transformar los sistemas de control de la producción simbólica y de circulación de los procesos de significación.
Guillermo Moscoso es un artista que en toda su obra se hace cargo de visibilizar las diversas vulneraciones a los derechos de los humanos y de las humanas, destacándose por su conciencia de género, ética y ciudadana. Es así que los temas y estudios que el artista propone tienen que ver con las discriminaciones que deben experimentar las personas que viven con VIH SIDA, a la vez que reflexiona/ propone acciones de obra sobre las construcciones de género, específicamente el tema de masculinidades, la violencia hacia las mujeres (femicidio), problemáticas socioculturales y el abuso de poder de quienes ostentan poderes fácticos.
Ver la obra de Guillermo es una experiencia política y estética que fluye y transita. Es nuestro deber entenderla y completarla desde nuestras subjetividades con empatía y conciencia.
Ángela Neira Muñoz
Investigadora y teórica de Arte Contemporáneo
EL CUERPO ES EL ÚNICO MEDIO DONDE HABITA LA ESPERANZA
Expresar ideas a través del cuerpo el cual transforma una metáfora en acción condicionada por el tiempo y espacio, suele ser un riesgo que debemos asumir y enfrentar al representar nuestra necesidades en este soporte político e inestable condicionado a estructura de poder, negación y normalización de este cuerpo vulnerado, invisibilizado, sexuado, oprimido, opacado, discriminado, violentado, marginado, empobrecido, lastimado, enaltecido, manipulado, coartado, censurado, explotado, redimido, santificado, sacrificado y negado por quienes manejan este sistema político-económico-social. El riesgo es el mensaje, por ser una representación de la realidad que se pierde en lo volátil del tiempo, con tanta des-información dando vuelta, la memoria es frágil y toda expresión es producto de la representación de algún concepto más allá de su significado, como por ejemplo el haber perdido la voz. Esta acción es siempre repetida y contenida.
Soy producto de la cultura de los excesos y de las disonancias que rompe a veces con esa rígida diferenciación del buen y mal gusto. Siempre adosando elementos o fragmentos de estos, sean los clavos que representan un aura o corona punzante, vendas que hablan de manipulación y procedimientos, guantes de látex como herramienta de quienes saborean sus propios poderes, un paragua que protege y contiene los tránsitos y que atreves del tiempo se destruyen, el talco en el rostro como maquillaje proto-mortuorio, una mitra convertida en un cono alusión al castigo, alas pequeñas y truncas, flores, juguetes en desuso, alimentos, utensilio y toda la cotidianidad re-conceptualizada para expresar una reflexión. Así como muchos otros elementos forman parte de este mundo creado a la semejanza de nuestras virtudes y defectos.
En esa búsqueda mi cuerpo va mas allá del yo como sujeto en la obra performativa. Esta búsqueda se ha transformado en algo inestable por la vulnerabilidad de los temas o mensajes que abordo… donde todo es aparentemente una catástrofe, quiebre, deriva, ensoñación y desborde. Entonces este travestismo (entiéndase como representar a otros reflejado en uno mismo) al transformarme en OTRO es una manifestación por mi gusto por las metamorfosis, aquellas que te hacen perder la conciencia de tu identidad que has construido en toda tu vida y sin medir pasas a ser obra viva con una condena de termino, es donde más se reconocen las emociones, ellas se presentan desnudas sin doble faz, sin ataduras ni condicionantes, en ese momento el cuerpo es frágil y está expuesto, es en este instante donde lo real tiene sentido.
Interactuó con el espacio y sus elementos los cuales pasan a ser parte del desarrollo de la obra a través de mi cuerpo. En estos espacios aparece la complejidad de trabajar con elementos que jamás volverán a ser los mismos en su origen, por ser de una gran significancia personal o colectiva o por re-asignarlos nuevamente hasta el cansancio. Entre ellos los diversos objetos, la basura, los escombros y las ruinas. Y si las ideas son nada más que acumulaciones, lo compulsivo seria manjar de dioses por tanta obra desbordándose por doquier… Entonces ¿Qué es lo correcto o permitido? ¿Quiénes permiten? los que permitimos nos enfrentamos al mismísimo riesgo de caer en lo mismo, a creer ser distintos sin serlos, o todas esas ideas son solo ilusiones que no encontraran un puerto. Existe el riesgo de dar palos en la oscuridad al utilizar la convicción como herramienta, el mensaje se transforma en algo riesgoso por ende sospechoso…
Y nuevamente el cuerpo se me presenta normado indiscriminadamente, creo que esto es lo más cercano a la muerte, el frío cala hondo en el silencio de la casa es por ello que cierro las puertas de los closets para retener las ideas ya que a veces también son escasas.
Guillermo Moscoso
Artista Visual /Performers