
Este camino no tiene estaciones, solo una extensa plegaria por todos aquellos que son presa de esta maquinaria que adormece nuestro pueblo, desde el discurso del reciente estado hasta el predicador que gasta su voz entre vaticinios de un libro que fue creado para agrandar las arcas de unos pocos…
Estos maderos los recogí en los escombros de una avenida céntrica, las tres cruces representan el calvario, que estoy dispuesto cargar para expiar toda la mala fe de quienes ejercen poder hacia los demás.
Es una forma de reconocerme con mis orígenes…
Guillermo Moscoso.-
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